En los últimos tiempos, el Covid-19 nos ha llevado a conocer testimonios de personas que han pasado por un proceso de intubación.
La intubación es uno de los procedimientos más frecuentes en las unidades de cuidados intensivos. Aunque el propio proceso nos hace intuir la dureza del mismo, también tiene efectos a posteriori, relacionados con el habla y la comunicación como consecuencia de la presencia del tubo en la cavidad oral.
Muchas personas pasan por el proceso de intubación como consecuencia de enfermedades o accidentes. En los últimos meses hemos visto como el Coronavirus puede ser una de ellas.
A en la fase de post-intubación los pacientes pueden presentar una disminución del control de la musculatura, alteraciones en la voz y problemas en la deglución, es decir, dificultades a la hora de tragar alimentos sólidos y/o líquidos pudiendo presentarse una alteración de la deglución, conocida con el término disfagia.
A partir de este momento las necesidades pueden ser tan diversas como pacientes existan. Los pacientes que pueden presentar disfagia orofaringea son: pacientes intubados en UCI, pacientes que están en planta pero han tenido una infección o insuficiencia respiratoria o neumonía, y pacientes que tras alta hospitalaria, desarrollan sintomatología de desnutrición y problemas al tragar.
El papel del logopeda en estos casos es evaluar y rehabilitar, aportar herramientas necesarias al paciente para devolverle su capacidad deglutoria y lograr una alimentación correcta y normalizada.
El/la Logopeda acompaña al paciente en el proceso de recuperación de su calidad de vida.